Santo Domingo. Aún cuando pueda costarle el descrédito total, la pérdida de sus más fieles aliados y su propia ruina política, Leonel Fernández, presidente de la Fuerza del Pueblo (FP), está dispuesto a todo en su desmedido afán por retornar al poder en 2024. Esto ha brotado con fuerza desde la publicación de la encuesta de Gallup, que coloca con ventaja al presidente Luis Abinader para las próximas elecciones mientras Fernández queda en la incertidumbre, además de registrar una tasa de rechazo que supera los 38 puntos.
Al conocer de su complicada situación, Fernández se lanzó con mucho ímpetu a propugnar por una alianza electoral en las venideras elecciones en las que resaltan Danilo Medina y Miguel Vargas, el primero autor de un complot que forzó su renuncia del PLD. Sin embargo, esos planes de unidad con el PLD de Danilo Medina ya desataron un maremoto interno en la Fuerza del Pueblo mientras a nivel de aliados considera el dirigente de la Fuerza Nacional Progresista, Vinicio Castillo Semán, ha rechazado ese intento.
Esta posición tajante de Castillo contra un intento por pactar con sectores del PLD le ha valido que desde la FP se desatara una campaña en su contra y de esto ya Castillo identificó a Leonardo Grisanty de dirigir los ataques. Castillo advirtió que una alianza con los peledeístas constituiría un pacto con la impunidad, resaltando los numerosos casos que miembros de este partido tienen abiertos en la justicia.
Pero el proyecto de alianza está en curso y por eso Omar Fernández, diputado de Fuerza del Pueblo, y Yaco Alberti del PLD, han coincidido en la necesidad de unidad entre sus organizaciones. Se está advirtiendo interna y externamente de que una alianza con el PLD, que tiene parte de sus dirigentes procesados por corrupción, puede llevar al partido de Leonel a la destrucción y a consecuencias negativas para el país.
El lío interno que se ha armado en la FP y a nivel externo ha forzado a Roberto Rosario a decir que el momento es para fortalecer a la Fuerza del Pueblo y una alianza con el pueblo, aunque por otro lado gestiona la unidad con el PLD. El temor radica en que este presunto pacto podría desatar una repulsa popular, causar daños irreparables a la Fuerza del Pueblo y generar desconfianza en la población y en ese partido, que busca un cambio de gobierno.
Fieles aliados de Leonel Fernández, como la Fuerza Nacional Progresista, y sectores externos que le han apoyado antes están viendo las proclamas de alianzas con el PLD como un riesgo que podría acabar la joven vida de la Fuerza del Pueblo y el fin del liderato del exmandatario. La ambición desmedida del expresidente Fernández es visto con agrado dentro del PLD, confiados en que sus presos por corrupción podrían ser liberados de condenas, además de evitar que continúe la ola de sometimientos judiciales por robo al Estado.
El enfoque del exmandatario está dirigido ahora a la formación de un frente opositor para desplazar al PRM del poder, para lo que está decidido a concertar todo tipo de acuerdos. Marino Vinicio Castillo considera que la propuesta de alianza de Fernández puede poner en peligro la democracia y sus instituciones, igual que los logros alcanzados en materia de justicia, específicamente el desempeño independiente del Ministerio Público frente a los casos de corrupción.
Su rebeldía y la de la Fuerza Nacional están basados en que Fernández fue víctima del atropello y el uso de los fondos sustraídos al Estado para malograrle su triunfo en las primeras internas del PLD, una trama atribuida al expresidente Danilo Medina. También considera Castillo Semán que un frente unitario con el PLD es preocupante porque pone en peligro las conquistas logradas en el orden de la responsabilidad, transparencia y rendición de cuentas de los corruptos ante la justicia.