LA VIDA ES BELLA
Por Víctor Suárez
Primero la luz deslumbrante,
Seguido de un grito estrepitoso de sorpresa.
Después el beso suave de la madre
y la alegría infinita.
Las primeras sonrisas al lactarse de un pecho sagrado,
abundante de miel y gloria,
los primeros pasos por la sala de la casa,
las primeras caídas al tropezar con el juguete,
entonces, el kindergarten,
la alegría de saber leer los primeros pequeños textos,
el mundo maravilloso de los días de intermedia,
donde todo es perfecto, donde nunca se muere,
donde la vida es natural y poderosa,
donde la oscuridad no existe.
De súbito, la secundaria,
escalando con brío la montaña empinada de la vida,
la competencia, escribir poemas
a la grandeza del infinito a los besos celestiales,
las dulces caricias.
La muerte no existe, la vida es bella.
Entonces, la universidad,
la lucha constante, el ideal,
el excitante momento de la graduación,
la responsabilidad del trabajo,
la defensa del profesionalismo,
la muerte no existe, la vida se esparce,
se extiende, se eterniza en el entorno.
Entonces, cuando crees que todo está bien,
que de todo tienes el control,
de repente algo desgargante como un relámpago,
como un latigazo inesperado como si se desprendiera
del infinito una estrella y lo borrara todo
y te lleva con ella y te desaparece de la faz del planeta,
sin siquiera despedirte, sin un beso, sin un adiós,
la muerte no existe, la vida tampoco.
@VíctorSuárezCRD