Por Víctor Suárez
Muchos años han pasado después de la gloriosa entrada del comandante Fidel Castro a La Habana. Aquel acontecimiento llamado revolución, incendió a toda América Latina y a muchos países del mundo.
Los jóvenes de nuestro país, Rep. Dm. Fuimos tan influenciados por los discursos de barricadas desde La Habana, que nos cambió la forma de ver el mundo, este paso de Cuba al socialismo nos hizo ver una esperanza en nuestros descalabrados países, a los cuales el capitalismo llenaba de hambre, dolor y sangre.
Miles de jóvenes de América murieron Defendiendo aquella revolución, la que al principio nos parecía sincera, viable y futurista.
No puedo imaginar, cuán ignorante fui. Comprometí mi libertad, mi futuro y hasta mi vida, defendiendo algo que en realidad no entendía, pero el solo hecho de escuchar que todo era por la defensa de los pobres, la libertad, la educación, la salud, con eslogan de pan, salud, tierra y trabajo, cosas de las cuales, todos carecíamos, esto me influenció de forma tal que me entregué a la lucha sin importarme las consecuencias.
Tomamos las plumas y la convertimos en fusiles, tomamos las guitarras y las hicimos ametralladoras, tomamos el hambre y nos amarramos los estómagos, todo por Fidel y la revolución. Aun lejos de Cuba, fuimos perseguidos y masacrados, por las manos del pentágono, de la CIA y los gobiernos lacayos y sus generales sanguinarios, serviles y corruptos, los cuales eran representantes del poder imperial, pero aun así, con todo el poder de las flotas Norte Americanas nosotros, no tuvimos miedo de enfrentarlos.
Luego, el paso del tiempo, me hizo entender, que aquello era más de lo mismo, solo con otro color y otro nombre, la misma miseria siguió pisando los talones de los niños Cubanos y de América Latina, la misma desnudez y la misma ignorancia, el mismo desamparo y el mismo vacío existencial.
Aquello no fue más que una lucha monstruosa entre dos sistemas, Capitalismo y Comunismo, tratando de dividirse el mundo, sin importarles los caídos inocentes, los románticos revolucionarios, y los que tomamos la lucha por la defensa de los pobres.
El plan cóndor para las Américas, nos encerró a todos en su lista de gente, quienes debían ser eliminados, por ser un peligro para el sistema dominante. En Chile, Santo Domingo, Colombia, es mejor decir, en todos los países del área.
Entonces, el bloqueo era la excusa y sigue siendo la excusa, mientras la gente se marcha por los cuatro puntos cardinales de la isla de Martí, primero eran los gusanos los que se lanzaban al abismo del mar y las fronteras, después los contra revolucionarios, pero ahora se marchan los hijos de la revolución, los que no conocen otra cosa que el socialismo.
Fidel me enseñó, que no se hace revolución aislada, sino que hay que unirse y adherirse a alguien, entonces ya el imperio soviético no existe hoy día, es decir, ahora un país no puede vivir aislado del mundo, tarde o temprano, el pueblo humilde se revelará, se levantará y por encima de las balas y los cañones, buscarán liberarse, así sea de sus propios padres, porque la libertad, está por sobre todas las cosas.
La revolución se volvió vieja y la Isla está peor que en los años cincuenta, hambre, miseria, oscurantismo, represión, migración, presos políticos y desesperación. En Cuba, desde mi punto de vista, el socialismo fracasó, la revolución envejeció y así, vieja y decadente, solo le queda fallecer.
Cuba vencida y envuelta en el fracaso de no poder darnos nada de lo que prometió a los admiradores del momento ni a los hijos del pueblo Cubano ni a los que dejaron su sangre esparcida en la América morena, aquellos que pusieron el sacrificio.
Hoy el mundo se divide en dos partes, vencidos y vencedores y en voz alta, hoy tengo que decirlo. El mundo capitalista, con todo y sus defectos, es el vencedor y los demás somos los vencidos. @victorsuarezCRD