Miami, 22 mar.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, trató este viernes de la importancia de una “transición democrática pacífica” en Venezuela con los gobernantes de cinco naciones caribeñas con los que se propone estrechar unas relaciones que la Casa Blanca considera “fuertes”.
Un portavoz de la Casa Blanca anunció que como resultado de esta reunión celebrada en Mar-a-Lago, la residencia de Trump en el sur de Florida, OPIC, el organismo financiero de desarrollo de EE.UU., va a dar en 2019 un “estatus prioritario” a Bahamas, Jamaica, Santa Lucía, Haití y República Dominicana.
“En los próximos 90 días enviaremos una delegación de alto nivel” a esos países, señaló el portavoz Hogan Gidley sin dar más detalles.
Según Gidley, en la reunión se trató de la “importancia de apoyar una transición democrática pacífica en Venezuela”, así como de la capacidad de resistencia a los desastres naturales, las oportunidades de inversión y la cooperación en materia de seguridad.
“Estados Unidos está junto a nuestros amigos caribeños y quiere avanzar en nuestros estrechos y antiguos lazos con la región, trabajando mas estrechamente en prioridades como Venezuela y centrarnos en el crecimiento económico”, escribió el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, en Twitter.
En la reunión, celebrada a puerta cerrada, participaron los presidentes de República Dominicana, Danilo Medina, y Haití, Jovenel Moïse, y los primeros ministros Hubert A. Minnis, de Bahamas, Andrew Holness, de Jamaica, y Allen Michael Chastanet, de Santa Lucía.
Dos de los cinco gobernantes invitados a Mar-a-Lago, los primeros ministros de Santa Lucía y Jamaica, defienden el principio de no interferencia en Venezuela y siguen considerando a Maduro el presidente legítimo de ese país.
La mayoría de los líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom) reiteraron su posición de “no interferencia” en los asuntos venezolanos en su reciente reunión interanual celebrada en San Cristóbal y Nieves el pasado mes y a su vez se mostraron partidarios de buscar una solución pacífica a la crisis venezolana.
Además de Trump y la primera dama estadounidense, asistió un importante grupo de funcionarios del Gobierno de EE.UU, entre ellos el jefe de gabinete interino, Mick Mulvaney, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, y Jessica Bedoya Hermann, directora para Asuntos de Centroamérica y el Caribe del Consejo Nacional de Seguridad.
Tras la sesión oficial de fotos, la reunión comenzó con unas palabras de Trump a los gobernantes invitados y breves intervenciones de cada uno de ellos.
“Estamos deseando pasar un montón de tiempo juntos esta tarde y discutir maneras de hacer cosas beneficiosas para ustedes y que ustedes hagan lo mismo por nosotros”, subrayó el presidente de Estados Unidos.
Los gobernantes caribeños se refirieron a los fuertes lazos de sus países con Estados Unidos, sin hacer mención a Venezuela.
Con Hugo Chávez como presidente Venezuela se forjó una fuerte relación con los países caribeños mediante asistencia y con organismos como Petrocaribe, lo que se tradujo en apoyo para su Gobierno en instancias internacionales, especialmente en la Organización de Estados Americanos (OEA).
El presidente dominicano, que subrayó que su país y Estados Unidos son “socios importantes”, dijo que estaba en Mar-a-Lago “para discutir temas de la región” y dispuesto a aprovechar la llamada de Trump a “colaborar”.
Antes de la reunión, el primer ministro de Santa Lucía comentó a los periodistas que desde los tiempos de Ronald Reagan no ha habido un presidente de Estados Unidos que haya tomado una “iniciativa para el Caribe” como la de Trump.
En coincidencia con esta reunión el Gobierno de Estados Unidos anunció este viernes sanciones contra el Banco Nacional de Desarrollo de Venezuela (Bandes) y sus filiales en Uruguay y Bolivia, así como al Banco de Venezuela y el Banco Bicentenario.
La decisión, según un comunicado oficial, se adoptó “en respuesta al arresto ilegal” de Roberto Marrero, el jefe de despacho del líder opositor venezolano Juan Guaidó, quien es respaldado por Estados Unidos y medio centenar de países como presidente encargado de Venezuela.
En un artículo publicado hoy viernes en el diario The Miami Herald el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, hizo un llamamiento a “cada una de las naciones de la comunidad internacional” para que se unan a Estados Unidos y le retiren “el apoyo a la fracasada dictadura de Nicolás Maduro”.
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