SANTO DOMINGO.- Aún sin haber llegado a ocupar el puesto, la señora Robin Bernstein, nominada para ser la nueva embajadora de Estados Unidos aquí, ha desatado un alboroto en la República Dominicana.
La causa del mismo son declaraciones que ella ofreció en Washington ante el Comité Senatorial de Relaciones Exteriores del Congreso de los Estados Unidos en el sentido de que, de ser confirmada, trabajará para que se respeten los derechos de aquellos descendientes de haitianos afectados, a su juicio, por la sentencia dictada en 2013 por el Tribunal Constitucional de la República Dominicana.
Bernstein, quien es empresaria y amiga del presidente Donald Trump, compareció ante el Comité durante una audiencia de confirmación de la posición a la que ha sido propuesta. Conforme se registra en un video de la sesión, el senador Ben Cardin le preguntó si estaba al tanto de la decisión del Tribunal Constitucional que afecta a descendientes de haitianos y los declara como “apátridas”. Le preguntó: “¿Cuál será su enfoque para garantizar que a estos individuos se les restaure su nacionalidad?”.
Bernstein respondió que los derechos humanos son muy importantes para ella, especialmente porque su familia judía dejó Rusia por el irrespeto a esos derechos.
Con la sentencia TC/0168/13 el Tribunal Constitucional establece que a los hijos de extranjeros en tránsito no les corresponde la nacionalidad dominicana. Esta decisión ha generado continuas críticas al país por parte de la comunidad internacional que considera que muchos descendientes de haitianos han quedado como apátridas, un alegato que ha negado el Tribunal.
“Si soy confirmada, tomaré un rol muy activo en trabajar con la Embajada o con el personal de la Embajada”, aseguró Bernstein. “Trabajaremos con ellos para que obtengan pasaporte”. Para tales fines garantizó que colaborará con la embajadora en Haití.
Las reacciones
La primera reacción sobre el tema provino en Santo Domingo del canciller Miguel Vargas Maldonado, quien aclaró a la posible nueva embajadora que “aquí no hay apátridas” y que República Dominicana es una nación libre y soberana, por lo que no acepta injerencia.
Dijo que hay que esperar la llegada de Bernstein, quien deberá orientarse sobre la realidad en materia migratoria.
El ministro de Interior y Policía, Carlos Amarante Baret, advirtió este viernes que la República Dominicana no acepta injerencia en asuntos que son de la exclusividad de la soberanía nacional.
Aunque admitió que en el país ocurrieron algunos inconvenientes con personas que estaban registradas, aclaró que el Congreso Nacional se abocó a conocer la ley 169-14, la cual -a su juicio- ha dado sus resultados.
Criticó algunos países que le han dado la espalda a Haití porque estos entienden que la República Dominicana debe resolverle su problema. Las leyes dominicanas deben ser respetadas”.
“Es bueno que quede bien claro el mensaje que siempre hemos dado, lo que íbamos a hacer como una contribución a la estabilidad en Haití ya lo hicimos, con esta ley 169 procuramos pues reconocer derechos a personas en República Dominicana y con el Plan Nacional de Regularización, bueno pues, regularizar una mano de obra que se somete a los requisitos establecidos en dicho plan y a la ley de Migración “, dijo Amarante Baret.
El historiador Juan Daniel Balcácer, presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias, piensa que tan pronto la embajadora de EEUU llegue al país y se documente mejor sobre la sentencia del Tribunal Constitucional 168-13, se dará cuenta que en República Dominicana no existen apátridas.
“En nuestro país no existe apatridia, no existe trato discriminatorio contra nadie, y mucho menos contra los haitianos”, afirmó Balcácer, al ser entrevistado durante un acto con motivo del natalicio del patricio Francisco del Rosario Sánchez.
El vicepresidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez, calificó las citadas declaraciones como “atrevidas, irreflexivas y prejuiciadas”.
Consideró que ese pronunciamiento habla muy claro de la línea equívoca que han seguido representantes de muchos países y de organismos internacionales, la cual se inscribe dentro del mismo propósito de desconocer el principio de auto determinación que asiste al país como Estado.
El exdiputado de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), Pelegrín Castillo Semán, rechazó que la sentencia 168-13 haya provocado desnacionalización, y aclaró que la regla de oro para una convivencia pacífica en la isla debe ser el respeto mutuo.
“Ni los dominicanos debemos ejercer hegemonía en Haití ni los haitianos deben pretender hacerlo aquí”, planteó.
Castillo Semán advirtió que sería un gravísimo error de la administración de Donald Trump que a la volátil región del Caribe se le agregue un ingrediente explosivo, lo cual entiende sería aplastar la soberanía de República Dominicana en materia de nacionalidad, migración y frontera.nicana.