- Por AGENCIAS
- Fecha: 7 enero, 2020
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TEHERáN.- Los Guardianes de la Revolución iraní informaron de que el ataque con misiles de su fuerza aérea contra la base militar Ain al Asad, situada en el oeste de Irak y donde están desplegadas tropas estadounidenses, es un primer paso de la “dura venganza” por el asesinato de su comandante, Qasem Soleimaní.
“Al Gran Satán, el régimen cruel y arrogante de EEUU, advertimos de que cualquier otra maldad o violación u otras medidas se enfrentará a una respuesta más dolorosa y aplastante”, aseguró el Cuerpo de los Guardianes de la Revolución en un comunicado colgado en su pagina web.
El Pentágono
Washington.- El Pentágono confirmó este martes que más de una decena de misiles balísticos impactaron en las últimas horas en dos bases aéreas que albergan tropas estadounidenses en Irak y aseguró que está claro que los cohetes «se lanzaron desde Irán».
Un portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman, afirmó en un comunicado que todavía no está claro si ha habido víctimas y precisó que el ataque, una posible represalia de Irán por el asesinato por parte de EE.UU. del general Qasem Soleimaní, se produjo contra las bases de Al Asad y Erbil.
«Está claro que estos misiles fueron lanzados desde Irán y dirigidos contra al menos dos bases militares iraquíes», agregó la nota y precisó que están trabajando en las evaluaciones iniciales de los daños.
Según el Pentágono, en esas bases permanecen tropas estadounidenses y de la coalición.
«Esas bases han estado en máxima alerta debido a las señales de que el régimen de iraní planeaba atacar nuestras fuerzas e intereses en la región», añadió la declaración.
La Casa Blanca, por su parte, confirmó que el presidente estadounidense, Donald Trump, fue informado del ataque y que se mantiene en contacto con su equipo de seguridad nacional.
«Estamos al tanto de los informes de ataques contra las instalaciones estadounidenses en Irak», señaló la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, en su cuenta de Twitter.
En diciembre de 2018, Trump visitó junto a su esposa, Melania, la base aérea Al Asad, situada al oeste de Bagdad.
Horas antes de conocerse del ataque, el gobernante estadounidense había descartado que planee sacar próximamente a las tropas de Irak y retiró su amenaza de atacar objetivos culturales iraníes, al comprometerse a «obedecer las leyes» internacionales en ese sentido.
«En algún momento queremos salir (de Irak), pero este no es el momento adecuado», subrayó Trump, al añadir que esa retirada «sería lo peor que le puede pasar a Irak» porque ampliaría la «presencia» de Irán en el país.
Estados Unidos tiene entre 5.000 y 6.000 militares en Irak, según distintas estimaciones, y el asesinato el pasado 3 de enero del general iraní Qasem Soleimaní en una operación del país en Bagdad ha aumentado la presión en el país árabe a favor de una retirada de las tropas internacionales.
El ataque
IRAK.- Teherán lanzó “decenas” de misiles tierra-tierra hacia una base aérea de Irak en la que hay tropas estadounidenses, en represalia por el asesinato de un alto general iraní a manos de Estados Unidos, informó el miércoles la televisión estatal de Irán.
Se trata de una venganza por la muerte del general de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani, señaló la televisora.
No fue posible contactar a las fuerzas estadounidenses para que dieran sus comentarios.
La base Ain Assad se ubica en la provincia occidental iraquí de Anbar. Las tropas de Estados Unidos la utilizaron por primera vez después de su invasión en 2003 en la que fue derrocado el dictador Saddam Hussein, y posteriormente volvieron allí para combatir al grupo Estado Islámico en Irak y Siria.
Al operativo se le llamó “Mártir Soleimani”, añadió la televisora. La división aeroespacial de la Guardia Revolucionaria, que controla el programa de misiles de Irán, lanzó el ataque.