Por Víctor Suárez. —Fernandito, Nando, Fernando, el niño mimado, el hijo del pueblo, el Mayimbe, el más querido, el inigualable, el carismático, Villalona. Todos estos son nombres de cariño que el pueblo Dominicano le profesa a Fernando Villalona. Desde aquel momento en que surgió como el niño mimado a la palestra Pública, como un ser único, Fernando ha sido el amado de todos, un protegido por todos, desde el más humilde de los Dominicanos, hasta los más encumbrados presidentes.
Su voz ha permanecido en los medios, veinticuatro horas al día. Con respaldo económico o no, el Mayimbe es una tradición navideña, una tradición en el día de las madres, una tradición en los carnavales de todo el país, una tradición en el diario vivir de los Dominicanos. Dentro del ambiente musical, él es, el merenguero, el baladista, el romántico, el más sentimental cuando interpreta un tema.
En este ámbito se le califica cuando es así, que él artista tiene un Ángel, el cual lo hace deslumbrar con tan solo su presencia ante cualquier público en cualquier rincón del mundo. ¿Que los hay mejores que Fernando? Claro, con mejores voces, mejor afinación y más cultura musical, muchísimos, pero con un Ángel con el que nació el Mayimbe, nadie.
Él es un fenómeno del arte y la cultura nacional. Esta clase de manifestación en un artista, se da en un país, una vez cada cien años. En España, Joselito, en estados unidos, Michael Jackson, en Puerto Rico, el Jibarito de Lares, en Colombia, Diomedes Díaz, en México, Juan Gabriel y en República Dominicana, Fernando Villalona.
Son fenómenos que cualquier artista sin Ángel que quiera igualarse a Fernandito, explosiona, por eso a este hombre inigualable hay que ponerlo en su pedestal y quererlo como el regalo divino para su pueblo, su región, su país y su continente que lo vio crecer y desarrollarse como uno de los grandes del mundo, el cual será y permanecerá como un monumento sagrado para generaciones.
Él es la escuela a seguir por los artistas solistas noveles, por la facilidad de seguirlo y cantar sus canciones, letras bonitas y pocos corales. Melodías dulces y juveniles. Él ha tenido el buen tino para escoger sus temas al momento de entregarlos al público y eso lo ha llevado a mantenerse en el gusto popular todo el tiempo.
Sin dudas, Fernando desde sus inicios ha sido un ser excepcional, con carácter y madures, buen amigo, pureza de pensamiento y de acción, solidario, de los que no se marchan de su pueblo, aquel que saluda a todos por igual, el que nunca cambia, el mismo de ayer, de hoy y de siempre, el que quiere llegar al fondo de las cosas, cuando se trata de la calidad musical e interpretativa.
Ese que no está en los escándalos y ante las disputas, él prefiere callar, hombre con sentimientos rural y cosmopolita, con alma suave y noble, de palabras dulces y cariñosas, con el objetivo único de nunca herir, dañar o causar un resentimiento en ninguna persona de su entorno. Nunca ha sido nota discordante entre los compañeros, si no, el ser aglutinante. He visto su mirada profunda y su amor por los demás, su desapego por lo material y el cuidado a la espiritualidad, él es un alma de las edades, que mil vidas ha vivido y lleva en su haber la grandeza del infinito.
Fernando es ese ser que a pesar de haberlo tenido todo, fama y fortuna y vivir en la abundancia material, del amor y del cariño del público, en esta tierra lo que le importa es entregarse, darse a los demás, satisfecho de saber, que se es más, cuando se es de todos y para todos, a ser un petulante, orgulloso y engreído ante la gente.
Cantar para el Mayimbe es natural, impregnarle el sentimiento a la interpretación es natural, hacer que la gente se sienta maravillada ante su presencia, es natural, es un ser de las galaxias, quien un día decidió nacer en la región fronteriza de un pequeño país, donde nacen los humildes y las almas nobles, para hacernos entender, que cuando se lleva la grandeza de Dios en el corazón, el alma resplandece por sí sola, aún esta, en algún momento se encuentre en medio de la oscuridad. @victorsuarezCRD EldiariodeSantoDomingo.com VictorSuarez.net