El Presidente Abinader y la bomba insular.
Pelegrin Castillo Semán
Lo que sucedió en la frontera con la bandera dominicana, como lo que sucede en algunos campos de Dajabon, es provocación en toda la línea. El próximo gobierno de Luis Abinader será puesto a prueba por las mafias que operan a ambos lados de la frontera en torno a la mayor estructura de corrupción transnacional. Lo mismo pasó con el gobierno que termina, cuando se ocuparon los consulados de Ansa Pitre y Puerto Principe sin resistencia ni consecuencias…El compromiso del gobierno de Danilo Medina con poderes foráneos era otorgar decenas de miles de naturalizaciones.
Como no pudo reeleegirse ni imponer a Gonzalo Castillo, prefirió despedirse con naturalización simbólica, que demuestra que quiso cumplir pero no pudo. Todo ese proceso debe revisarse a fondo, y es medularmente contrario al artículo 3 de la
Constitución de la República…Todas las organizaciones patrióticas y políticas responsables deben solicitar al nuevo Ministro de Interior y Policia la información completa no solo de los expedientes de naturalización que permitieron que Danilo Medina concluyera su mandato con decreto que confirma algo de los pactos secretos y antinacionales del gobierno y las élites contra RD, sino todos los expedientes mediante los cuales se le dio estatus migratorio regular a 270 mil haitianos, cuando solo 4 mil habían completado los trámites requeridos por la ley y el reglamento…El decreto de naturalización de 750 haitianos, que falsamente se afirma que fueron “desnacionalízados”, forma parte de un jugada muy explosiva, que puede provocar onda expansiva mayor de la que detonó el estallido del puerto de Beirut…y no está disociado de las últimas provocaciones en la frontera… Es parte de la explosiva herencia que está dejando. Sabe que los haitianos y sus aliados-más si gana Biden en USA-, reclamarán al próximo gobierno que continúe hasta llegar a un número cercano a los 300 mil, y eso es desencadenar una grave crisis nacional e internacional…El perverso esquema insular subyacente, “cambiar soberanía por comercio”, para integrar de facto en la isla un estado inviable y un estado débil, imponer una minoría nacional “dominico haitiana”, que haga irreversible los tratos ocultos de las élites empresariales y políticas. Así “los amigos de Haití” en la Comunidad Internacional estarán felices, descargados de sus obligaciones y agradecidos… El plan estratégico de solución dominicana de los problemas de Haití, pasa por la imposición de una minoría nacional, que sea políticamente decisiva: es la contrapartida de la fusión de facto de los mercados para comercio e inversión. Parte de la agenda oculta y antinacional de las élites…A muchos haitianos no les gustó que Luis Abinader haya descrito Haití como “estado inviable”, que haya proclamado que RD no puede seguir haciéndose cargo de sus problemas y que la política exterior de su gobierno va a internacionalizar la solución para ayudar a Haití en Haití. En verdad, esa es la única vía justa y racional, que previene un problema mayor, que desactiva la poderosa bomba insular que se ha venido armando… Sin embargo, no debemos olvidar qué hay actores en la región y el mundo que verían muy bien que la Isla de Santo Domingo se desestabilice totalmente con conflicto RD-Haití, y con ella la región gran Caribe. Así crean un nuevo foco de tensión, distracción y presión en la 3ra frontera de los USA….Por otro lado,
los que han conspirado contra la nación, queriendo despojarle del derecho de soberanía a decidir quienes son sus nacionales, aspiran que un Tribunal Constitucional con nueva composición revoque o mediatice alcances de sentencia TC 168/13. Tal vez, ese decreto de Danilo Medina sea parte de la mise en escéne, o más bien del encendido de la mecha… Recuerdo que después del discurso del presidente dominicano en La Habana, durante la reunión CELAC, Maduro convocó subrepticiamente a Danilo Medina y Michael Martelly a Caracas, para promover una componenda que no se conoce en detalles, pero que tiene que ver sobre formulas para dejar sin efecto la Sentencia TC 168/13 y así complacer al caucus afroamericano y al Caricon. Eran los tiempos en que Obama negociaba con las dictaduras de Cuba y Venezuela… Para esos mismos tiempos, se negociaba desde RD con USA unos acuerdos de defensa y trasporte aéreo que lesionaban gravemente la soberanía de la República. Uno fue anulado por el TC y el otro debería serlo… Solo una gran movilización popular nacional evitará los planes de despojar a RD de su derecho de decidir quienes son sus nacionales, y así imponernos una minoría nacional haitiana con poder político decisivo. Esos planes no son nuevos, pero con el decreto de naturalización de Danilo Medina se han renovado…Presidente Luis Abinader dijo con gran acierto que RD no puede seguir resolviendo problemas de Haití y concitó el respaldo de la gran mayoría de los dominicanos: uno de los problemas más serios de ese país vecino es que no documenta a su nacionales, y acusa a RD de fomentar apátridia para derribar su nacionalidad e imponer minoría nacional…Ningún sector de la nación debe usar a Haití y sus crisis, con sus efectos perjudiciales sobre RD, como una carta de negociación de sus intereses particulares o corporativos con los poderes foráneos. Necesitamos con urgencia una política de Estado, integral, coherente, consistente, sin fisuras. Es parte de los acuerdos históricos que el próximo gobierno debe proponerse alcanzar y para eso tendrá un enorme respaldo popular y nacional…La creación de una minoría nacional, dentro de un esquema cínico y racista de intercambio de poblaciones-haitianos aquí, dominicanos fuera-, es parte de los compromisos que se adoptaron en un pasado reciente para complacer a USA, UE y ONU, como componente de “la solución dominicana” a los problemas de Haití fallido. Han apostado a esa fórmula criminal e irresponsable, y han entusiasmado a los empresaurios dominicanos y haitianos con la bobería del “dominio conjunto de la Isla”….El Acuerdo de Washington de 1939, avalado por los Presidentes Rossevelt, Cardenas y Laredo Bru era muy claro, y es todavía hoy el único vigente, ratificado por los congresos de ambos países. Cada estado debe impedir que sus nacionales violen la frontera común y deben ser dotados de documentos de identidad adecuados por sus respectivas autoridades, pero lo han desconocido brutalmente, hasta no mencionarlo….En lo inmediato, el gobierno entrante debe concentrarse en superar la pandemia del COVID y sus impactos económicos y sociales, pero si hay un tema histórico, trascendental, que no aguanta más, es la solución internacional a los problemas de Haití en Haití, que debería ser parte de un profundo reordenamiento de Las Antillas, el gran Caribe y las Americas. La política de Trump ha creado las condiciones para un gran relanzamiento hemisférico sobre otras bases…Si Biden y los demócratas radicalizados ganaran, proseguirán con sus planes insulares, que son parte de los compromisos históricos con el caucus afroamericano y de la reconstrucción de la historia insular. Es por eso que para la República Dominicana es conveniente que gane Trump: de lo contrario tendremos que librar una ardua lucha de resistencia nacional más grande que la Restauración… Además, mucha de la izquierda latinoamericana de impregnación marxista, la izquierda burra, está metida en la misma honda, cuando deberían asumir otra postura, pero la
infestación por los virus ideológicos y los pactos implícitos con los demócratas de USA se imponen. Ya lo vimos con las posturas de Nicolas Maduro y Raul Castro frente a República Dominicana…Claro está que el destino final de la Patria de Duarte y los Trinitarios dependerá de nosotros los dominicanos del presente y el porvenir inmediato, pero ayuda mucho que la agenda republicana, hasta ahora, no tiene los compromisos fuertes con “la solución dominicana” a los problemas de Haití, que, en realidad, es la disolución dominicana, algo que, en cambio, sí muestran los demócratas con Clinton, Kennedy y Obama a la cabeza, y que desde los 70 es parte de la agenda del caucus afroamericano y la diáspora haitiana. Desde luego todo eso engarzado en un esquema geopolítico absurdo que procura convertir a República Dominicana en un estado pivote y zona de amortiguamiento, de una dolorosa crisis internacional que carga desde hace más de dos siglos sobre la consciencia de las potencias occidentales. A esos delirios los dominicanos debemos decir todos a una: no hay solución dominicana a los problemas de Haití… sí somos los mejores aliados de la reconstrucción de Haití en Haití, para que juntos con todas Las Antillas disfruten de un futuro compartido de prosperidad, seguridad, democracia y libertad, respetando nuestros derechos a la soberanía y autodeterminación, al propio desarrollo y a la identidad nacional.