- Por MARINO BAEZ
Atentar contra el orden democratico de un país no merece el perdón ni siquiera de Dios, el cual dejó claro que “la oferta de perdón es inseparable de nuestra disposición a perdonar a los demás”, eso no quiere decir que los pecadores o ladrones tengan que ser considerados en igualdad de condiciones, esto, en vista de que los vinculados con el desfalco al Estado dominicano con lo único que deben ser beneficiados es con la condena más alta de la justicia.
La banda peledeista denominada Calamar creció como la espuma durante los gobiernos presididos por Danilo Medina (2012-2020), hasta convertirse en un grupúsculo depredador del orden jurídico nacional para enquistarse con el soporte de las leyes, las cuales, según ellos, les servirian como escudo para protegerse de las acusaciones que le han caído encima durante las últimas semanas y que la dirigencia más alta del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), con sus estratagemas, busca de cualquier modo entorpecer el trabajo de la PGR (Procuraduría General de la República), para que los casos de estafa al Estado se queden en un limbo jurídico.
Tres años después de la derrota del PLD, el ciclo de vida de los ex ministros y funcionarios ha sido efímero, porque hoy la gran mayoría están tras los barrotes; sin embargo, Danilo Medina, patrocinador de la catarsi calamar trata por cualquier vía de mostrar su inocencia, mientras se la pasa en campaña, tras declararse con cáncer de próstata.
El ex mandatario Medina es un potencial preso, no político, como quieren pintar los peledeístas el caso calamar, solo que la PGR, a pesar de su vinculación, o no cuenta con las pruebas suficientes, o no lo quiere investigar, a pesar de ser una parte con el potencial para responder a una enrabietada población que fue sumergida por la crisis y el robo de los 8 años de su gobierno, porque sin dudas ni equívocos, el mal comportamiento del “líder político” a de servir como un caso práctico para ilustrar a una sociedad que sueña con un país estable.
El caso calamar por el que hay decenas de ex ministros presos por robos, es un alérgeno (agente que, cuando ingresa a un organismo, lo deja en una situación vulnerable al desarrollo), debido al consumo excesivo e indelicado que provocó reacciones patológicas, razón por la cual el pueblo dominicano debe apelar porque se ponga en marcha el encierro a corto plazo del expresidente, sin importar que esté diagnosticado con cáncer. No importa, él debe responder por lo que hizo contra el Estado.
Si para salvarse hay que hacer el bien, los exministros que actualmente son procesados por actos de corrupción, al igual que otros en investigación, tienen sus entornos asegurados en el infierno, porque en vez de justos colaboradores de la democracia y el desarrollo del país, se convirtieron en abanderados del mal.
Lo del PLD en campaña siempre fue un juego pecaminoso y activo con raíces mal intencionadas y con el propósito de apropiarse de los bienes públicos.
¿Por qué el robo, la corrupción y el desvío de dinero en la administración pública? ¿Por qué se han lanzado a las calles a mediatizar su seriedad, mediante marchas y acusaciones contra la justicia? ¿Por qué califican los arrestos contra los acusados a través del caso calamar, como “persecución política”?, sencillo, quieren retomar el poder para darle continuidad a lo que empezaron y no pudieron terminar, por ejemplo, seguir enriqueciéndose ilícitamente, recibiendo dádivas, a través de los préstamos, extorsionando, comprando conciencia y seguir con sus intenciones infausta contra el país.
«El bien no se puede promover con promesas incumplidas». Karl Marx, tenía mucha razón cuando señaló: “no se hace bien el que señala el daño y arde en ansias generosas de ponerle remedio blando al daño. Espanta la tarea de echar a los hombres sobre los hombres. Indigna el forzoso avistamiento de unos hombres en provecho de otros. Más se ha de hallar salida a la indignación, de modo que la bestia cese, sin que se desborde y espante”.
No todo está perdido en República Dominicana, a pesar del imperante mal clima de negocios, burocracias infernales y la mala política del país, ejercidas a través de las grandes trabas provocadas por el tráfico de influencia y el ostracismo que dejaron en ruinas la economía en los pasados gobiernos, vamos rumbo a la recuperación, visto que el muro que se empezó a construir con dinero de la corrupción poco a poco se está desplomando.