Por Víctor Suárez.
Ayer tuve un encuentro extraño. En aquel increíble tope, un alma sutilmente emocionada me pedía, que le ayudara a nacer. Que le ayudara a encontrar a alguien, quienes le concibieren y le tomaren de la mano, hasta cruzar desde la dimensión donde nos encontrábamos, que era bella y divina, hasta la dimensión del reino de los hombres. Ayúdame a llegar a ese increíble mundo. Llévame a ver la inmensidad de ese mar de luz que envuelve a este grandioso mundo, al que los hombres llaman tierra.
No es que quiera nacer en cuna de oro y plata, ni familia de abolengo. No quiero un buen padre o una buena madre, me decía sollozando, solamente quiero tener la dicha de nacer y la alegría de existir entre gente hermosa como las que existen allí encarnados, los cuales hoy caminan y deambulan, algunos sin rumbo por el planeta, muchos de los cuales, viven infelices, no disfrutan ni valoran la existencia, no aman ni sienten gratitud por el hecho de haber nacido, no sienten felicidad por disfrutar lo hermoso de este Edén, donde la vida brota, camina, canta y se expande a plenitud.
Viven atrapados en los deseos, en los sueños, por obtener riqueza material, cuando en realidad nada de eso cuenta, más, con estas actitudes dañan y le roban oportunidad de vida y evolución a otros, jamás se dan cuenta de que el verdadero tesoro del universo es la vida. Solamente quiero existir, me recalcó, vivir, sin que el oropel que han creado los humanos me deslumbre. Quiero sentir el sol sobre mi piel, mirar el río, correr, ver los animales, pastar y ver el tiempo pasar, ver ese increíble tránsito, desde la niñez hasta la ancianidad, sentir el tiempo transformándolo todo.
No quiero un padre que se llene de tristeza y deje de disfrutar su vida, porque no me da lo que él cree que debió darme para que feliz yo fuera. Ni quiero sentirme amargado porque, aparte de haberme dado el tesoro más preciado del universo, la vida, también soy inconforme porque no me da lo que es suyo. Con la dicha de nacer me basta, con la alegría de vivir tengo mi premio y el más grande regalo del universo.
Quiero vivir en este hermoso espacio contemplando esta multitud de galaxias y mirar estrellas, tocar y palpar cada cosa que cohabita conmigo, el regalo de la lluvia, las hermosas noches de luna, el frío, el calor, los días de hambre y los días por comer los dulces frutos que da el bosque. Ayúdeme a nacer, ayúdeme a vivir, más que esto no existe tesoro más grande ni tan hermoso, en todo el cosmos.
Víctor Suárez @victorsuarezCRD