Por Víctor Suárez
Publicado el 5 de marzo 2009
Las posibilidades de que América latina salga de la crisis en un tiempo cercano son mínimas, no se vislumbra la estrella de la felicidad, del desarrollo, ni del futuro promisorio del que muchos analistas políticos hablan día a día.
Bajan las exportaciones, bajan las remesas, aumenta a su grado máximo la migración, depredaciones de la fauna y flora, bajo nivel de educación en nuestra gente, así, no es posible salir de la crisis.
Nuestros gobernantes quieren inculcarnos una seguridad ficticia, algo así como una especie de droga para mantener las poblaciones latinas dormidas, porque ellos saben que se ha perdido la fe, en que estos sistemas, estas formas clientelistas de gobernar, puedan solucionar los problemas prioritarios de América latina.
Los dirigentes estatales se pasan el tiempo cantaleteando una seguridad que no existe, que todo está bien, que las economías están blindadas, pero, desde mi punto de vista, la economía está protegida para sus cuentas bancarias, porque estos pueblos se están muriendo de hambre y de necesidad.
Es impredecible el camino por el que marchamos, no se aclara el horizonte al bienestar del que hablan los periodistas amarillos en los medios de comunicación masivos, que más que informadores se convierten en cacatúas de las informaciones inicuas de los estados y su incapacidad, que se refleja cada vez que vemos niños limpiando cristales en los semáforos de América, cada vez que vemos una madre llorando por no tener que darle de comer a sus hijos.
Los estados se convierte en cuadriláteros de lucha de intereses económicos, donde a ningunos de los que están en ese rectángulo les importa si la gente come o no, si los agiotistas hacen o no lo que le viene en ganas, si suben o bajan los precios, a nadie le importa que está pasando en los suburbios de las ciudades y cuando la delincuencia, explota entonces, quieren poner remedio a un mal que estuvo descuidado por años.
Se juzga el efecto, pero jamás la causa. No es posible salir de este brete sin un verdadero remeneón al sistema establecido, no es sincero decir que aquí todo está bien.
En nuestra región, donde más del treinta por ciento de la población está desempleada, donde hay casi un diecinueve por ciento de analfabetos, donde los hospitales parecen potreros, donde la educación es obsoleta, los que dirigen el estado se funden en una lucha de reforma constitucional.
Usted puede estar seguro de que esa llamada reformas constitucionales no serán para beneficiar a estos pueblos, no será para incluir artículos, enmiendas que busquen la forma de igualar la vida, no será para estrellar el gran abismo que existe entre los ricos y los pobres, esas son reformas para los que están arriba seguir arriba y los que están abajo que se jodan.
Y no me refiero a partidos alguno, me refiero a la gente los que están fuera, siempre vivirán fuera, el pastel se lo dividen entre ellos, igual que siempre, los pobres tocarán las migajas.
Los estados se arrodillan ante el capital extranjero, ante los ricos del patio, ante el sistema oligárquico, que es, el que de una manera u otra maneja, domina, manipula y conduce los estados y la vida, esta que ya se vuelve imposible.
Las noches de los excluidos se vuelve más oscura, el tiempo de las precariedades se vuelve más largo, la esperanza cambia su color a gris oscuro y los pueblos de América, van tomando conciencia a duros golpes de hambre y de miseria.
Que no se quejen, que no griten luego, cuando las manos del pueblo se vuelvan de acero y con esa rabia contenida por mil años de miseria, se lancen a recuperar todo lo que se le ha negado, todo lo que le han robado.
Que no haya quejas, cuando un guardia, desesperado, se lance en los tanques a recuperar la vida del pueblo, que no haya acusaciones de rebeldías, cuando la gente haga de sus manos los fusiles para recuperar la existencia, que no quieran recuperar el poder los que en sus manos lo han tenido y por la decencia de la vida no hicieron nada.
Que no se escuchen luego las voces que hoy son insensibles, defendiendo lo indefendible, América latina quiere superarse, América latina quiere vivir decente, América latina quiere que sus hijos no sean vergüenza en ningún país de globo, América latina quiere justicia, trabajo, salud y libertad para todos de forma igualitaria.