Por Pelegrin Castillo
El PLD perdió porque se dejó dividir, porque traicionó sus alianzas, porque hizo lo que nunca debió hacer con la soberanía y la integridad territorial, porque socavó la institucionalidad y amenazo con aplastar la constitución y las libertades, porque no merecía continuar…El PLD perdió porque después de perder sus grandes asociados en Brasil y EUA, no entendieron que sumarse a la maniobra China de presentar EEUU como “un Tigre de Papel”, era un gran disparate que traería consecuencias, perdió porque entendía que podía ganar con lobbys y haciendo más concesiones antinacionales… El PLD perdió porqué la prioridad intima de su dirección era más que una reelección en cuerpo ajeno con un pésimo candidato improvisado, controlar el Senado y negociar la renuncia a segunda vuelta de Gonzalo a cambio de reforma constitucional habilitante de Danilo Medina, así como aplastar a Leonel y sus aliados…El PLD perdió elecciones porque perdió lo que lo llevó al poder: el apoyo de las capas medias y cierta visión de proyecto nacional, una sólida unidad interna y capacidad de dialogar y concertar con racionalidad hacia dentro y hacia fuera. Perdió el rumbo político, y la terminación de su ciclo histórico se anticipó…El PLD perdió porque en vez del gobierno convocar a la unidad nacional para enfrentar pandemia, decidió manipularla con el estado de emergencia, en un ejercicio agresivo de biopolitica, subestimando al pueblo, que decidió vencer el miedo,
y sacarlo en primera vuelta…El PLD perdió porque hay un Dios en el cielo… y vio que era demasiado lo que se estaba haciendo contra esta nación y su pueblo: que había que poner fin a una aventura de poder grupal peligrosa, alocada, terrible, de una reelección en cuerpo ajeno, con todo el poder del Estado…Todos los presidentes sufren la misma experiencia: las redes de intereses poderosos trabajan sobre su ego, para someterlos o manipularlos por su vanidad o por su orgullo, mientras a cambio obtienen grandes concesiones: de ahí nace el impulso continuista, y por eso es tan importante el carácter y sentido histórico de los que gobiernan …El problema histórico de la reelección tiene una raíz profunda y enferma: la altísima concentración de la riqueza y el poder, de la partidocracia de turno y la oligarquía de siempre, con sus relaciones de conchupancia, de perversa colusión, que construye la falsa percepción de que todo se puede, de que no hay límites. Por eso el PLD perdió… pero nadie se confunda: para superar las secuelas de crisis de este sistema maleado y maleante que nos destruye como nación, será necesario, además, hacer una verdadera revolución nacional, democrática, capitalista, moral, de raíces trinitarias y restauradoras…